PROSCRITO

Resulta difícil no sentirse, en estos tiempos de hiperinflación del yo, capitalismo de emociones e identitarismos y empoderamientos de diverso signo y condición, un desterrado del universo. Vivimos en una atmósfera cultural que, desde la política al mercado, nos insta a estar encantados con nosotros mismos. La perspectiva del desterrado, del proscrito, que solo puede ser jocosa e irónica, ofrece la posibilidad de contemplar el presente al margen de ese pueril encantamiento, de doctrinarismos y visiones unilaterales. Estos ensayos, a través de la variedad de sus diferentes registros expresivos, que van desde el cuadro de costumbres hasta la crítica cultural, buscarían penetrar en el presente por la puerta de atrás, a fin de escrutarlo lejos de discursos tanto apologéticos como apocalípticos, desde una ventana lúcida, escéptica y relativizadora. La propia de un padre huérfano que ha hecho de su desorientación la forma literaria de un arte interpretativo.